El grupo que analiza las posibilidades de la txalaparta y vincula la tradición
con la contemporaneidad ha recorrido todos los centros Mahi-Mahi en enero.
En los comedores Mahi-Mahi hemos empezado el año con fuerza. En este mes dedicado a la comunicación hemos acercado al comedor un instrumento que pone de manifiesto las relaciones interpersonales y las necesidades de comunicación. La escucha, la atención y la coordinaciónn con nuestros compañeros producen una “danza” que genera diversas melodías.
Y es que, sí, la txalaparta puede ser dulce o potente, la hacen sonar dos o más personas, es capaz de fusionarse con diferentes modalidades musicales y puede desarrollarse junto a diferentes disciplinas. Esto permite al instrumento creado en nuestros caseríos y zonas rurales adquirir una gran diversidad.
En Euskal Herria la txalaparta es de cuando se estrujaban las manzanas. Palos grandes, el trabajo coordinado y rítmico entre dos o más personas… Es fácil imaginar la semejanza y clara la lección de los piratas: la paciencia, las relaciones, la conexión entre uno y otro y en definitiva, como ya hemos avanzado, la comunicación.
Los miembros de Oreka TX han presentado el instrumento, han hecho una pequeña demostración y han enseñado a los piratas a tocarlo durante esta gira de acciones exteriores. Los pequeños han heredado nuestra cultura y pasando grandes momentos. ¡Le han dedicado una atención tremenda y unas ganas increíbles a la txalaparta!
Tiene algo que nos atrae, que nos absorbe… Como dicen los amigos de Oreka TX: “Este maravilloso instrumento que llevamos tan adentro nos ha proporcionado tanto placer y nos ha abierto oportunidades desde hace años”, ¡incluso en los comedores Mahi-Mahi!
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